miércoles, 4 de mayo de 2011

"Usted me lo explicas"

No es una errata. La falta de concordancia entre el verbo y el sujeto es una realidad en nuestras aulas. Cuando se les dice a los alumnos que tienen que hablar de usted a los profesores ellos ponen buena voluntad pero los resultados son decepcionantes. No conocen los tratamientos de cortesía, ni que el hablar de usted implica tercera persona. Se hacen un lío.
Nuestro idioma, que yo llamo español, tiene la ventaja de que se puede hablar de dos maneras, de tú y de usted.  Esto nos da la posibilidad de elegir la manera en que se habla según las circunstancias en que nos encontremos. Otros idiomas, como el inglés, no tienen más que una forma. Me contaba una amiga inglesa que ellos como carecen de fórmula de cortesía, el usted, tienen que estar todo el tiempo repitiendo la coletilla "please" (plis para entendernos). Y esto que es una ventaja de nuestra lengua, lo estamos perdiendo. Naturalmente que en ciertos círculo sociales se mantienen las formulas de cortesía. Pero nosotros, los del pueblo llano, estamos dejando escapar algo que era nuestro. Cuidado que así se empieza y, poquito a poco, se puede llegar a diferenciar entre el español culto y al español vulgar. Ya sucedió en la civilización romana en la que el habla del pueblo y el habla culta se fueron diferenciando enormemente. Fíjense que el habla vulgar terminó dando lugar a lenguajes abruptos como el castellano (que entonces, por la Edad Media, sí era castellano).
Los alumnos, cuando se les pide, hacen un esfuerzo pero hay que ayudarlos mucho. No se dice don Martínez, no use  la segunda persona con el usted... y el problema es que aquello que usualmente traíamos aprendido de casa ahora no queda más remedio que aprenderlo en el colegio. Y no andamos sobrados de horas.
Pues nada, mañana, cuando los alumnos quieran ser educados y me digan Señor don profesor tendré que corregirlos.

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