lunes, 8 de octubre de 2012

Federalismo... sí.

Oigo y leo, que el partido socialista catalán está por el federalismo. La dificultad está en que no termina de explicar en qué consiste su idea de tal modo de organización política. Es posible que ante las inminentes elecciones dé por fin una explicación clara de cuál es su idea. O quizá no termine de explicar nada para que, precisamente, no tengamos una idea clara de la idea en cuestión. No vaya a ser que se les vea el plumero.
Yo, particularmente, me declaro federalista. No tengo dudas. Y voy a intentar explicar mi idea de federalismo.
En primer lugar hay que decir que federal viene de federare que en latín significa unión. ¿Ah, entonces federarse significa unirse? Parece que sí.
En segundo lugar conviene saber que el federalismo es una doctrina política que busca el que distintas entidades políticas deleguen parte de su soberanía para crear una entidad que esté por encima de cada una de las entidades. Es decir un grupo de "individuos políticos" se une para formar un individuo de rango superior. En gramática parda, varios estados pequeños se asocian (se federan) para formar un estado de mayor entidad (o sea, bueno).
En tercer lugar, hay que tener en cuenta que los estados federados renuncian a la política exterior que queda en manos del estado federal.
Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, no veo posible una federación de las actuales comunidades españolas. No es posible porque sencillamente ya están unidas (por más que les pese a algunos). Sí sería posible una federación ibérica que uniese a Portugal, Andorra y España, por poner un ejemplo.
El asunto del federalismo asimétrico que algunos defienden no es, para mi, más que una excusa para tener privilegios dentro del conjunto de la sociedad española. Recuerden que vascos y navarros tienen privilegios en relación con los impuestos y aportan al conjunto de España menos de los que España les da a ellos. Esto viene de la historia y está plasmado en nuestra constitución. Si se puede cambiar la constitución es otro asunto. Los que piden federalismo asimétrico quieren tener el mismo estatus impositivo que vascos y navarros pero dándole un nombre que les aporte entidad propia. Ustedes me entienden.
Pero he dicho que soy decididamente federalista. Indudablemente. Ya es hora de que el conjunto de pequeños países formen un estado federal que aglutine a todos. Pero no me refiero al provincianismo español. Me refiero a los distintos estados que tiene que terminar formando la Federación Europea.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Hemos tirado un tesoro

Esta mañana mientras conducía iba escuchando por la radio a un eurodiputado hablar sobre asuntos de economía nacional e internacional. Este señor, del que por desgracia no recuerdo el nombre, es italiano y estaba dialogando con el locutor en un español perfecto. La última pregunta ha sido ¿cómo ha aprendido usted a hablar tan buen español? Bueno, ha contestado, me ayudan mis amigos los eurodiputados españoles y además el latín me ha dado la base para la mayoría de las palabras y sobretodo de los verbos. El locutor, que no era otro que Carlos Herrera, ha dicho: está claro que este hombre no estudió con la ESO.
Y yo he seguido conduciendo y pensando que en pocos años hemos tirado al basurero uno de los tesoros culturales que este país tenía. No es que nuestros alumnos no sepan latín. Es que no saben que el latín existió. Y los romanos sólo son una excusa para hacer películas... seguramente piensen, nuestros alumnos, que los romanos son una especie con tanto fundamento histórico como los elfos o los hobbits.
Hace un par de siglos cualquier universitario podía viajar por Europa hablando la lengua culta común que era el latín. Hoy el inglés se ha extendido por todos los aeropuertos y el norte de Europa... pero a los del sur nos cuesta hablar la lengua de Margaret Thacher (no digo la lengua de Shakespeare porque lo que él hablaba no es lo que se habla ahora). 
Esto de perder el latín, y la cultura clásica que lo acompaña, fue culpa originalmente de la Iglesia. Desde el Concilio Vaticano II, en 1962, se quito el latín del rito católico en beneficio de las lenguas vernáculas. ¿Y qué hicieron las mentes más progresistas, más laicas y más anticlericales del mundo de la educación? Pues lo que hicieron fue copiar a la Iglesia. En consecuencia consiguieron que poco a poco el latín desapareciera de nuestro mundo educativo. 
¿Se imaginan un colegio bilingüe en el que se hablara español y ...? Lo dejo en manos de su fantasía.

lunes, 1 de octubre de 2012

Los deberes sin padres

Aviso: Esto es otro artículo pedagógico.

Hablando del asunto de los deberes de los escolares, hemos de hacernos, como mínimo, dos preguntas. A saber, ¿qué son los deberes? Y ¿para qué sirven? Si somos capaces de contestar a estas dos cuestiones puede que clarifiquemos en qué consiste el proceso del trabajo de los escolares en casa.
Los deberes son un trabajo que el alumno hace fuera de la clase y sin la ayuda del profesor. Así de sencillo. Pero nos podemos plantear si verdaderamente es necesario este trabajo fuera del aula. Con la antigua, antiquísima digamos, EGB hubo una época en la que se descartaron los deberes. Es decir, estaba prohibido poner deberes a los niños. No todos los maestros hicimos caso. Después, las altas jerarquías de la educación decidieron que sí había que poner deberes pero que estos no podían ser repetitivos. En la actualidad cada maestro decide qué pone y cuánto pone a sus alumnos. A la pregunta de si es necesario el trabajo fuera del aula contesto rotundamente que sí. Siempre que sea fuera de la clase y sin la ayuda de ningún profesor.
¿Para qué sirven los deberes? Los deberes sirven para afianzar la autonomía y la responsabilidad del alumno. La autonomía se afianza cuando el chico (supongo que todo el mundo sobreentiende que también me refiero a "la chica") es capaz de, de manera cotidiana, o sea a diario, dirigir su propio aprendizaje resolviendo trabajos. La responsabilidad se va adquiriendo a medida que el alumno hace costumbre este trabajo autónomo. Entonces, la adquisición de responsabilidad se resiente si hace falta que el padre o la madre digan "que te pongas, de una santa vez, a hacer los deberes".
Lo fundamental es que el alumno se ponga solo a hacer los deberes y que los haga solo (reitero la palabra solo por su importancia).
Cuando papá, o mamá, o ese primo que sabe tanto, tienen que ponerse todos los días con el chico a hacer los deberes alguien se está equivocando. Probablemente se equivoquen los padres, doy por hecho que el alumno ya está equivocado, y también, atención a esto, probablemente se esté equivocando el maestro.
Cuando se mandan a los alumnos unos deberes que no pueden hacer solos, lo deberes están equivocados... y el maestro también. Estamos negando la autonomía y por tanto la consecución de responsabilidad.
Cuando el alumno abre sus cuadernos para hacer las tareas, tiene que estar a priori convencido de que es capaz de hacerlas. Esto implica que el grado de dificultad de lo que se manda para casa ha de estar por debajo de lo trabajado en la clase. Y algo fundamental: Los deberes nunca son el trabajo que no ha dado tiempo a terminar en clase.
Disculpen este rollo pedagógico pero ya había avisado.