viernes, 24 de junio de 2011

El último día

Aunque no se lo crean, hoy no es el último día de trabajo para los maestros. Los chicos se han despedido del colegio hasta septiembre. Los maestros nos quedamos hasta el día treinta. Quedan cosas por hacer. Recoger los materiales, guardarlos para el curso que viene. Firmar las actas de notas que el malvado jefe de estudios nos pone delante y alguna cosa más.
Los alumnos se han pasado toda la mañana en el patio divirtiéndose en una fiesta medieval. Se han convertido en caballeros y han tenido que pasar toda una serie de pruebas para poder despertar a la princesa Caprina que estaba dormida por un encantamiento del malvado mago Cabronutus.
Despedidas. Abrazos. Algunas lágrimas. No veía el momento de escaparme a la calle para encender la pipa.
Para los alumnos de sexto ha sido su último día de colegio. Por suerte, la esperanza del largo verano les impide ver la perdida. Se van del colegio y empiezan otra etapa de su vida. Siempre cuesta despedirlos. El trabajo, las broncas, las risas, los premios y los castigos se funden en una única experiencia vital. Hay que reconocerlo, se les quiere y ellos nos quieren aunque no siempre lo manifiesten.
Hoy no hemos dejado tiempo para que las ardillas bajaran al patio a comerse su bocadillo. Tendrán que esperar a que empiece el próximo curso.

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