miércoles, 16 de marzo de 2011

Pero como nos corten la luz estamos apañados

Que todo esto de la tecnología reciente está muy bien. Y que tenemos un mundo intercomunicado. Y podemos dar la receta de unas bravas a un amigo en Nueva Zelanda... You need a lot of potatoes, then you get Spanish olive oil and... En ese momento nuestro amigo de Nueva Zelanda nos dice que lo del aceite español allí no se consigue así como así. Y se nos corta el discurso culinario. Podemos, como haría Arguiñano contarle un chiste, pero se queda sin probar las bravas.
Estábamos en lo maravilloso de las tecnologías novedosas, pero viendo lo del tsunami de Japón, que ¡joder, como se las gasta la bondadosa naturaleza! y viendo lo del amigo Gadafi o cómo funciona Iberdrola en la Sierra,  uno tiene la sensación de que en cualquier momento nos cortan la luz y la nube informática se deshilachara en cirros para disolverse en una atmósfera diáfana e incomunicada.
Siempre me surge cuando pienso en estas cosas, que hace unos mil quinientos años la red de internet de la época quedó desconectada. Y no estoy haciendo historia ficción. Me refiero a la red de calzadas romanas que intercomunicaban el mundo conocido entoces. Sólo hizo falta que dejaran de cuidarse y de protegerse por las legiones del Roma para que las calzadas resultaran inservibles en unos pocos años. Y aquello dio lugar a la oscuridad de la Edad Media.
Esperemos que no nos corten nuestras calzadas cibernéticas y que la factura no sea excesiva.

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