viernes, 11 de marzo de 2011

Eso del drama

Y una manera de seguir adelante es enfrascarse en asuntos como el drama. Me refiero al drama teatral, si bien, ahora mismo estoy pensando en lo de Japón...
No es nuevo que el maestro se desespere ante la desidia de los alumnos ante la asignatura de Lengua. Los chicos se entusiasman bastante poco ante la "excitante aventura de los sinónimos, las homófonas, el complemento indirecto y otros divertidos personajes. La excitación en el aula aumenta de grados cuando el maestro dice: Dictado. Ah, que ilusión se vislumbra en los ojos de los jóvenes ante los distintos estilos literarios". Que no. Que no hay manera. Estudia el que estudia. Pero estas cosas de la lengua son muy poco alentadoras para alguien que acaba de apuntarse a la red de la vida.
¿Y qué sucede cuando utilizamos el drama? Hombre, mira, parece que esto les interesa. Todos quieren leer el papel que sea y en ocasiones hasta interpretan. Lo mismo va a resultar que esto del teatro es una herramienta útil  para que la clase de Lengua ofrezca interés y entre col y col les vamos colocando un circunstancial o una metáfora. Pero esto sólo es posible si al maestro en cuestión le interesa el teatro.

2 comentarios:

  1. Será si el profe se sabe los circunstanciales, ¿o no?

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  2. El teatro siempre apasiona a los niños y sin lugar a dudas es el mejor recurso para, no solo, aprender a leer, expresarse, aprender vocabulario y figuras literarias, si no también para salvar la timidez de ciertos niños.

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