miércoles, 23 de marzo de 2011

La multa

Abro el buzón y lo primero que veo es un aviso de carta de la DGT. O me van a dar un premio por buen conductor o me han puesto una multa. Seguro que se trata de lo último. Pero ¿dónde y cuándo? De verdad que soy un conductor aburrido. No paso de las velocidades, más que hacer stops me quedo a vivir en ellos, no aparco en prohibido... ¿entonces? Estoy realmente intrigado en saber dónde me han pillado o, dicho de otra manera, cuál es la escusa para cobrarme un montón de euros. Porque, en definitiva, se tratará de esto: usted puede conducir como quiera que ya le cobraremos por algo. O sea, un impuesto indirecto que cuando te toca es muy directo.
Yo les diría a los señores de la DGT que, ya que tienen acceso a mi cuenta bancaria, investiguen lo que gano y me cobren las multas en proporción a la nómina. Ejemplos: por hablar mientras conduce 0,5 % de la nómina, por defender que hay que poner tilde en las mayúsculas 0,7 % de lo que usted gane, por pensar en la cerveza que se va a tomar al llegar a casa mientras conduce 1'3 %, y así. Por lo menos, este impuesto encubierto de las multas tendría un carácter progresivo y estaría en función de lo ganado. Porque miren, si yo ganara 20.000 euros al mes me iban a importar los 200 euros de la multa un comino. Pero, ganando lo que gano, sinceramente, esto fastidia.
Me temo que no me van a hacer caso. Pero todo esto no son más que elucubraciones porque lo mismo la carta es para comunicarme la concesión de un premio por ser buen conductor.

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