martes, 2 de agosto de 2011

Crisálida

Se oye el cantar pesado de las chicharra. Se oye el murmullo de la gente en la piscina que suena parecido a las chicharras. Al fondo el mar que se empeña en seguir siendo mar. De noche se oyen las olas, ahora entre chicharras, bañistas piscineros y alguna que otra bocina de coche, el mar queda relegado al silencio lejano.
Apenas escribo en el blog, ya lo sé. La intensidad diaria se ha relajado hasta prácticamente nada. Repetición de días. Sosiego. Soy como una crisálida que no despertará hasta que llegue septiembre. Sospecho que la crisálida no saldrá en forma de mariposa sino como un nuevo gusano peleón en insistente.
No todo es sosiego. Sigo encelado con la conspiración de las mercerías. Ya no es un cuento largo. Más bien, una novela corta. Y quiero que sea corta. Quiero que sea una novela playera de esas que se llevan en el bolso, que se llenan de arena y se leen bajo la sombrilla al tiempo que se comenta de vez en cuando alguna que otra cosa. Mi forma de escribir está lejos de la literatura. Sólo sé contar historietas. Si entretienen un rato pues mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario