sábado, 5 de noviembre de 2011

Enseñanza pública

Al otro lado de la mesa, el hombre, con traje y corbata, revisaba mi expediente académico. Me miró con condescendencia.
- Veo que ha aprobado las reválidas en febrero.
Era verdad. El grupo de ciencias siempre se me ha atascado un poco.
- Disculpe, disculpe - dijo el hombre encorbatado - no me había dado cuenta de que ha estudiado usted en el Instituto de San Isidro. No hay problema con su expediente.
El Instituto de San Isidro, enseñanza pública, tenía tal prestigio que se daba por hecho que un aprobado suyo valía por un sobresaliente de un colegio privado. Y no era el único instituto de esta categoría.
¿Que le ha pasado a la enseñanza pública? ¿Dónde ha quedado el tiempo en el que los alumnos más torpes o menos interesados tenían que recurrir a pagar en un colegio privado? Ahora es al revés, los colegios privados de categoría hacen un examen de ingreso y si no lo pasas... que te enseñen en la pública.
Pedimos más recursos para enseñar a los alumnos, recursos materiales y humanos. Ya sé que eran otros tiempos, pero lo más moderno que yo vi en el San Isidro fue un tocadiscos. Pero los que eran de gran categoría, en general, eran los profesores. Pedimos más recursos pero nadie se atreve a pedir recursos mejores. Es decir, que las escuelas y universidades que forman a los profesores lo hagan mejor (ya estoy empezando a hacer "amigos"). Tengo claro que un profesor bueno enseña más que dos malos. Quiero decir que superado el número mínimo necesario para formar la plantilla de un centro educativo, no se mejora por tener un excedente de profesores. Se mejora cuando los profesores mejoran. ¿Estoy queriendo decir que los profesores no están formandos suficientemente? Pues de secundaria no puedo hablar porque mi campo es el de la primaria. Y sí. Los maestros no salen de la Escuela Normal con la preparación suficiente. (Ya sé que sigo haciendo "amigos"). Naturalmente que hay maestros jóvenes que, conscientes de su escasa preparación, estudian por su cuenta. Claro que hay maestros magníficos. Pero no es el sistema educativo quien los hace. 
La señora Aguirre se ha empeñado en que los profesores de instituto trabajen veinte horas... no sé que decir, los maestros de escuela hace muchos años que trabajamos treinta. Yo estaría encantado de que se hiciese la media aritmética y todos trabajásemos veinticinco (Ya no me va a hablar ningún profe de instituto). 
¿Enseñanza pública? Somos todos los que trabajamos en ella los que podemos mejorarla... sin dejar de exigir a los políticos que quemen de una vez todas las leyes educativas que han ido deteriorando curso a curso la enseñanza pública hasta convertir los centros educativos en guarderías para diferentes edades. Pero insisto en que somos cada uno de los docentes los que podemos y debemos mejorar la "pública". Y esto sólo lo podemos hacer mejorando nuestra preparación. Seamos de los recién salidos de la universidad o de los que ya llevamos casi treinta años en las aulas. Todos necesitamos seguir estudiando.
Y si he andado un poco ácido con este artículo será porque llevo muchos días sin fumar... o porque estoy harto de oír estupideces sobre la enseñanza.

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